Brevemente, ¿cuáles son los principios de la Cultura Libre (C.L.)?
(1) La C.L. se fundamenta -como subraya Stallman- sobre una idea de naturaleza ético-filosófica acerca de cuál debe ser el fin o función de la cultura y del conocimiento: promover el desarrollo humano (su dignidad y su bienestar). La C.L. se opone a la concepción de la cultura como mero producto de mercadería, por un lado; y a la concepción estamental de la misma, según la cual hay dos clases de individuos en relación a la cultura y al conocimiento: los consumidores y los productores (la mayor parte de las veces subproductos de una industria cultural fabricante y difusora de mitos).
(2) La C.L. entiende que el conocimiento y la cultura son un bien común de la humanidad, construido socialmente, por lo que la sociedad no debe más al creador que el creador a la sociedad. Asumido esto, la C.L. entiende que los desarrollos e innovaciones culturales deben ser devueltos a la matriz social de donde surgieron y puestos al servicio del desarrollo humano.
(3) La C.L. propone un modelo de cultura y conocimiento basado en la promoción del desarrollo humano y social universal, democrático y equitativo. La Cultura Propietaria, basada en el concepto de propiedad intelectual, plantea un modelo basado en la explotación comercial de la misma, con un marcado carácter clasista y antidemocrático.
(4) Por ello, la C.L. favorece un modelo de crecimiento social, cultural y económico basado en la cooperación solidaria y en un modelo económico sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Mientras que la C.P. favorece un modelo de crecimiento social, cultural y económico basado en la dependencia de intereses privados, que en la mayoría de las ocasiones constituyen un freno o condena evidente al subdesarrollo de muchas regiones del mundo.
(5) Libertad cultural no es “gratuidad” cultural, de la misma manera que “compromiso social” no es “caridad”. La C. L. no propone que las innovaciones culturales se “regalen” a la sociedad (por ejemplo, sin nada a cambio, por un SMS o a cambio de registrar nuestro email) manteniendo el concepto tradicional de copyright. Al contrario, propone que la misma estructura de las producciones culturales sea “abierta”, que cualquiera pueda “conocer” la esencia de la obra, modificarla, distribuirla, y revertir su esfuerzo en beneficio de la misma sociedad (huelga decir que respetando la autoría inicial, como establecen todas las licencias libres). Como señala Stallman, la “libertad de la cultura” ha de entenderse en 4 sentidos fundamentales:
- 5.1. Libertad para usar y ejecutar una obra
- 5.2. Libertad para estudiar la obra y usar dicha información
- 5.3. Libertad para realizar copias y difundirlas
- 5.4. Libertad para distribuir trabajos derivados de obras originales.
(6) La gratuidad de los productos culturales, como lo es la gratuidad del software, en la mayoría de los casos es una forma sutil de manipulación y generación de dependencia. El supuesto “altruismo” de muchas empresas potentes de software que “regalan” sus productos para el uso privado o “educativo” del mismo, no es sino una forma de manipulación social encubierta. El ciudadano “cree” que está siendo beneficiado por dicho altruísmo cuando, en realidad, dichas empresas lo que pretenden controlar la mente de los individuos acostumbrándolos a una determinada manera de trabajar y de pensar, y lo más importante: “controlar a otras empresas y, fundamentalmnete, al Estado”, para que el ciudadano pague dicho software vía impuestos -quiera o no-.
(7) Por ello precisamente, es una obligación moral de todo Estado la necesidad de implantar el acceso y uso de la cultura libre en todos los organismos de su administración; especialmente, en los colegios, como ha apuntado últimamente Stallman []. Por razones económicas -no soportar el gasto público que supone el software y la cultura privativa, especialmente en épocas de crisis-; por razones pragmáticas -el software libre puede realizar las mismas tareas que el privativo y, generalmente, con mejor “performance” (la wikipedia es, p.e., un modelo que la iniciativa privada jamás podría realizar); pero, fundamentalmente, por razones éticas: porque el Estado debe velar por el libre desarrollo de sus ciudadanos.
(8) La C.L. no implica negar el derecho de existencia de la cultura propietaria y de los beneficios culturales. No obstante, propone que el beneficio de la actividad cultural revierta en la sociedad en forma de apoyo a proyectos sociales, iniciativas solidarias, programas de cooperación al desarrollo, etc. Con ello, beneficia directamente a los autores (quienes pueden ser conocidos sin necesidad de castas parasitarias intermedias que busquen un interés económico prioritario), pero también a la comunidad mundial, a quien garantiza un acceso a la cultura universal, y una participación igualitaria y democrática en sus contenidos.
(9) Y para terminar, la “pregunta del millón”: Y yo, que tanto he trabajado en mi cancioncilla bailona -basada en ritmos populares-, y en mi digesta novelita -donde atizo a la historia de la Iglesia- o en tantas líneas de código de mi software -que tanto análisis de otros programas similares me ha llevado-, ¿no tengo derecho a tener mi canon y tributo cada vez que alguien la escucha, la silba, la usa en la comunión de sus hijos…, la lee, presta el libro, lo cita, lo usa con propósitos educativos y sin interés…, ?. Personalmente, la pregunta del millón la entiendo en los siguientes términos: ¿tengo derecho a ser insolidario?. Y la respuesta no puede ser otra que: SÍ, siempre que esa insolidaridad no sea obstáculo para el libre desarrollo de los demás, y a cargo del dinero de los demás.
Finalmente, algunas obras fundamentales para entender más a fondo lo que supone la cultura libre y los riesgos de la cultura privativa:
- Por una cultura libre, Lawrence Lessig
- Software libre para una sociedad libre, Richard M. Stallman
- Copia este libro, David Bravo Bueno
- Copyleft. Manual de uso, AA VV
Cultura Libre by Alejandra Bertolaccini
Richard Stallman y el software libre en las escuelas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por visitarnos, y participar