Hace unos días la Fundación Vía Libre había anunciado que Stallman no volvería a la Argentina debido a la implementación del sistema SIBIOS cuyo fin es construir una base de datos biométrica de todos los que viven, entran o salen del país. Triste noticia, pero es una decisión coherente con sus convicciones, que debemos respetar. Como si esto fuera poco, la charla del viernes 8/5 que dio en la Facultad de Ciencias Económicas no pudo terminar peor: con el robo de sus pertenencias. |
En una carta que hizo publicar en el sitio web de la Fundación Vía Libre, Stallman expresó:
Es mi novena y última visita a Argentina. El próximo lunes, saldré del país y, sin un milagro, nunca lo veré más.
Esta expectativa me pone triste, porque tengo muchos amigos en este país, compañeros en la lucha por el software libre y otros. He conocido varios placeres, como las chocolaterías de Bariloche, las montañas de Salta y su mar de nubes, Les Luthiers, los libros de Dolina, los asados, los tallarines finitos e infinitos, la Gran Pensión Libre y el puente de la estación de Coghlan. Hace pocos meses, anticipaba seguir volviendo a Argentina muchas veces más.
Luego recibí con susto la noticia del Sistema SIBIOS, con el cual exigen las huellas dactilares de todos los que entran en el país. Al ver esa noticia, pensaba que nunca volvería a Argentina. Hay injusticias que debemos resistir aunque cueste. No doy mis huellas dactilares; sólo pueden sacarlas con fuerza. Si un país me las exige, no voy.
Luego supe que, por el momento, SIBIOS sólo funciona en Buenos Aires. Reconocí que me ofrecía la oportunidad para una visita más, entrando por otra ciudad, y la aproveché. Así estoy aquí, pero la oportunidad no va a durar.
La injusticia de exigir datos biométricos a los visitantes se originó, como tanto mal, en los Estados Unidos. Con vergüenza por mi país, recomiendo que todos los no estadounidenses rehusen visitarlo. Pero esto no justifica que otros países lo hagan. “No somos peores que los EEUU” no excusa nada.
Hay mucha tendencia a la vigilancia en la Argentina actual. Por ejemplo, la tarjeta SUBE (como las parecidas en otras ciudades) registra todo uso de los transportes.
En mis sueños, los argentinos eliminarían SIBIOS, y la vigilancia de SUBE. Si sucede, puedo volver a visitar este país en el que cuento con mucha amistad. Pero no tengo la fuerza de lanzar esta lucha. Les toca a los argentinos.
Siendo ateo, no digo “adiós”. ¿Qué decir?
Hasta el milagro, Argentina.
El robo
Según cuentan los muchachos del Partido Pirata Argentino, al terminar las preguntas y respuestas de su conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, Stallman se levantó para vender de nuevo pines y llaveros de la Free Software Foundation mientras la gente se amontonaba y se sacaban fotos con él sin molestarlo. El bolso con sus pertenencias estaba a un costado. La gente se subia al escenario para sacarse fotos con él y en algún momento intercambian su bolso por uno vacío.Él se dio cuenta que faltaba su bolso justo cuando un periodista le estaba haciendo una entrevista. En él tenía: la laptop, dinero, pasaporte, visa, medicamentos.
Stallman se retiró del salon de conferencias golpeándose en la cabeza mientras decia “shit”. La escena termina con Stallman sentado en un escalón de la escalera principal llorando.
Qué bronca que un tipo al cual respeto se lleve sentimientos tan negativos de mi país y de mis coterráneos. Todo como consecuencia de las malas decisiones de nuestra clase política, la poca o nula intervención de la sociedad en su conjunto y por los "vivos" de siempre cuyo único objetivo era robarle unas pocas cosas a un pobre tipo. ¡Qué triste!
fuente: El último día de Stallman en Argentina
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